Hace unas semanas, en el curso de Metodos Alternativos de Abordaje de Conflictos en la Facultad de Derecho, trabajamos sobre los axiomas de la comunicación de Paul Watzlawick. Nuestra idea era que los alumnos trabajaran en grupos para que los discutieran, los analizaran y luego los expusieran ante sus compañeros, dando diversos ejemplos. En esta clase pretendimos aplicar una pedagogía contruccionista basada en la problematización: el objetivo era que todos juntos construyeran el conocimiento y no necesariamente que expusieran la teoría a la perfección.
Durante la exposición de uno de los alumnos, Mauricio, algo ocurrió: su explicación no resultó clara para sus compañeros ni para nosotras, las profesoras. Esta confusión desató una discusión muy interesante entre todos y dejó a varios pensando, en especial a Mauricio, que al otro día nos mandó este mail:
Hola doctoras Patricia y Susana,
Ayer me quedé pensando con el debate que se generó con mi interpretación del caso. En un principio pensé que había sido negativo, pero después, pensándolo bien, pudo haber tenido su lado positivo (como ustedes nos explicaron que todo conflicto tiene su faz positiva). […]
Yo entendí el caso, pero lo interpretaba como que tuviera una excesiva carga subjetiva del emisor por medio de la frase “qué quiero establecer con mi interlocutor” (como que soy yo el que quiero establecerle y no tanto lo que él interprete). Yo pensé que el “a quién y cómo se lo decimos” se refería a cómo interpretaba mi interlocutor lo que yo le decía, ajeno al contenido en sí. […]Me encantó el que nadie pensara en hacer una dramatización (nuestro grupo tampoco), pero que de casualidad haya salido algo similar. Si uno recuerda más las vivencias que lo estudiado, creo que yo no me olvido más de la clase de ayer, poniéndome en contra de casi todos mis compañeros e, incluso, por momentos, de ustedes dos. […]
Creo que lo de ayer fue positivo justamente por eso, quedó evidenciado cómo una mala interpretación, o una “no tan buena” forma de expresarse, puede dar lugar a un conflicto, cuando en realidad ambas partes estaban hablando de lo mismo. ¡Los problemas de la comunicación deficiente! Entre que yo comencé “expresándome mal” y mis compañeros me interrumpieron antes de que le diera formato final a lo que estaba diciendo, se desencadenó la polémica, ja ja. Ahora que lo pienso, esto es muy común en todo conflicto: “Una parte se expresa mal y la otra la interpreta de esa manera y la interrumpe, no dándole la posibilidad de que esta pueda terminar y subsanar algún error en la comunicación”. Patricia, escribo esto porque cuando me fui a sentar me dijiste: “Bien, Mauricio", y me quedé pensando (yo pensé que había dicho todo mal). Es por esto que les escribo, creo que ustedes sacaron conclusiones similares a lo que les estoy escribiendo ahora, ¡o quizás me este equivocando otra vez!
Saludos, sepan disculparme por mi actitud de ayer y gracias por la buena onda. Hacen un curso de tres horas muy dinámico y entretenido.
Nos vemos, Mauricio.
Esta era exactamente la idea de la clase: no era necesario que los alumnos entendieran a la perfección los axiomas, sino que pudieran comprobarlos mediante su propio proceso de comunicación.
Lo que se produjo en la clase fue muy interesante, porque se dio precisamente un conflicto en la comunicación que le permitió, por lo menos a Mauricio, reflexionar sobre este fenómeno y llegar a sus propias conclusiones.
Los Axiomas de Watzlawick cobraron vida en el aula ya que no quedó duda, después de este intercambio, que Toda comunicación tiene un nivel de Contenido (lo que decimos) y un nivel Relacional (a quien y como se lo decimos) y Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios según estén basados en la igualdad o en la diferencia... y aquí la hipótesis quedó nuevamente comprobada.
04 mayo, 2010
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Me parece muy interesante lo que contás. Me gusta como te expresas y para mi, que soy abogada y trabajo en estadísticas (si, nada que ver) leer tu página, me hace sentir cercana nuevamente al ejercicio profesional que dejé después de casi 40 años al entrar al Consejo de la Magistratura. Nombrás a Susana Velazques y supongo que ella te dió mi mail. Espero seguir recibiendo noticias. Voy a ver si me anoto, creí ver un link de suscripción o algo similar. Me gustó leerte. Gracias. Mirta.
ResponderEliminarQuerida Patricia siempre recuerdo la alegría al abrirse la puerta de tu estudio cuando yo iba pensando en mi primer clase de pasantías y te vi ,no podía creerlo me vino el viaje a Miami y todo lo demás, no creo en las casualidades, por lo cual comparto esta alegría y la importancia de la comunicación, que va más allá de las palabras, el lenguaje de los sentimientos permite que el cuerpo se libere y junto a él las emociones que tanto dicen desde el contenido y la relación, por lo cual comparto el primer axioma que no es posible no comunicarse, cualquier conducta que haga aquel que recibe el mensaje haga o no haga nada, será interpretada como un nuevo mensaje en respuesta al primero.Y esto es entrar en un proceso comunicacional.Nora Araujo.
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