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18 mayo, 2012

> Esto nos enamora...

Con estas palabras, Sergio, mi compañero de trabajo, concluía la tarea. Esta vez nos despidíamos de Alicia  y Antonio. Mariela fue la destinataria del nuevo milagro que se opera cuando, aun entre rencores, enojos y facturas pendientes, ayudamos a que la palabra gane la batalla.

Alicia y Antonio habían llegado muy enojados, distanciados desde hacía casi 10 años. Las huellas del litigio judicial se notaban en sus voces y en sus rostros, y apostamos a que, de todos modos, fuera posible una nueva historia. Después del primer encuentro por videollamada, pensamos que no habría forma, pero una segunda reunión comenzó a desatar lentamente la madeja. El trato distante, sin siquiera poder llamarse por sus nombres, pulseaba con la posibilidad de probar otra forma. En conjunto, en privado e intentando las distintas formas, tuvimos que tomarnos un ratito juntos, como equipo, para ver y pensar cómo seguir, y apostamos al intento de legitimar y reconocer… para legitimarse y reconocerse. Los invitamos, tímidamente, a animarse. Fuimos canales y puentes de ese intento que empezó a arrojar sus frutos cuando se animaron a probarlo. Allí estuvo la clave: alguien tenía que comenzar, y desde el cuerpo sentimos el alivio, la descarga del aire enrarecido y preso durante tanto tiempo. Y así, el primer hilo de agua empezó a correr, a destapar, a circular y a hidratar.
Cada encuentro posterior (tres más con el de hoy) fueron las estaciones necesarias, el tiempo indispensable para que los rostros cambiaran, empezaran a permitirse un comienzo de diálogo que servirá para que Mariela crezca más feliz. Ellos, los hijos, lo necesitan. No hay cura mejor que advertir el encuentro de los padres, y nunca es tarde…

Como dice mi terapeuta: aun una abuelita de 90 años puede reparar, debe reparar, lo que se haya lastimado, para que la especie humana, en sus hijos, pueda mejorar, pueda mirarse y animarse; de lo contrario, la deuda con ellos será eterna y nada de lo que hayamos hecho o hagamos alcanzará. En este proceso, cuando se produce la reparación, por cualquier mínimo acto que sea, la mediación resulta ciertamente terapéutica.

Alicia y Antonio comenzaron hoy, acordando muchos temas, pero con transformación, esa que aspira a mucho más que acordar. Acuerdos anteriores no habían servido porque debajo seguía el enojo, el orgullo, el ego que no permite siquiera pensar. Ahora empezó la transformación y eso es lo que enamora: “experiencia sanadora en el sentido humano, hay personas atrás del reclamo jurídico”, según las propias palabras de Alicia, que arrancó tan enojada. Ser testigos de esto y ser puentes para lograrlo… claro que enamora.

Un nuevo acuerdo nos posibilitó vivir esta experiencia reparadora, aun a la distancia, aun desde la pantalla. Esto que me lleva a pensar —sin la menor duda— que es la palabra, solo la palabra, por cualquier medio que se acerque o que circule, la que restablece la posibilidad de empezar de nuevo. Y eso nos enamora…

08 febrero, 2011

> Mediacion familiar a distancia

Una experiencia innovadora a favor de las familias,
que se gestó con ganas y con amor
.

Las ganas de ayudar a Marcelo, que vive en Salta, y a Mariela, que reside con su hija en Buenos Aires, motivó esta experiencia innovadora que está a punto de plasmarse en un acuerdo escrito el próximo 9 de febrero de 2011 cuando, por videoconferencia, todos nos encontraremos en reunión conjunta.
También nos impulsaron las ganas de trabajar en comediación familiar, por la ideología que nos une, para solucionar los problemas que tenían Marcelo y Mariela.

17 noviembre, 2010

> Caso Las Brujas de Salem - 2da Parte

AUDIENCIA PRIVADA CON LA DENUNCIADA
Le cuento que las señoras quieren hacer un acuerdo, que reconocen que los ruidos y molestias en este mes no existieron excepto una sola vez. A lo que me contesta que es cierto, que un día ella hizo ruidos porque le hicieron ruido temprano a ella y que eso la puso muy mal porque siente que se lo hacen a propósito. Le explico que no es necesariamente así en un edificio de departamentos, que los ruidos se producen por el ritmo habitual de la vida de la gente; salvo ruidos puntuales como música a alto volumen, o maquinarias funcionando. Me dice que no, que son golpes de puertas de placard muy fuertes, o tacos golpeando el piso, o cortinas que se levantan o bajan. Le digo entonces que me diga cuánta gente vive en el edificio: llegamos a 32 familias. Le pido que piense en las diferentes vidas de esas personas: viejos, jóvenes, horarios de trabajo, de sueño, etc. Ella dice entonces que sí es cierto. Le pido que piense que los ruidos que producen en sus vidas cotidianas son diversos y en distintos horarios y vienen de distintos lugares, no sólo del departamento de arriba. Le cuento la situación de los vecinos de 2 pisos más arriba que tienen una bebé y levantan las persianas muy temprano cuando se van a trabajar. Se queda como sorprendida. La dejo pensar un segundo y le reitero que esta es la vida normal de un edificio, que no necesariamente se lo hacen a propósito, que se requiere tolerancia. Entonces dice con asombro que va a tratar de pensar en esta idea, acerca de que los ruidos vienen de distintos lugares y que no se los hacen a ella, porque dice que eso es lo que ella siente, pero que lo va a pensar. En ese momento me pregunté hasta qué punto esta reflexión podía producir un cambio en Juana cuando ella parecía estar tan centrada en ella misma que no podía pensar en otra cosa que fuera que los ruidos se los hacían contra ella.

Le propongo entonces los términos del acuerdo, me dice que sí y sobre el final le comento lo que dijo la vecina administradora en cuanto a que podría llamarla si la necesitaba. Me dice con gran asombro que bueno, que cómo sería eso, que gracias. Le digo que si tiene el teléfono de esta señora, me dice que sí. Le digo entonces que la llame nomás. Pero se niega a darles el teléfono de un familiar.

AUDIENCIA PRIVADA CON LAS "BRUJAS DE SALEM"
Les comunico que la requerida aceptó los términos del acuerdo, que no quiso dar el teléfono de un familiar y que se mostró muy sorprendida y contenta con la oferta de poder llamar a la administradora.

Ellas también quedan como congeladas. Les causa una profunda conmoción esta aceptación, al punto que una de las que había hablado de seguir con la causa, reflexiona diciendo: “¿Qué increíble! Parece que uno se olvidara que somos personas! Me siento mal por esto. Ella necesitaba nada más que nos acercaramos. Para mí está bien el acuerdo. Ya está”

Redacté el acuerdo, lo firmaron en forma separada y cuando se retiraron y pasaron por al lado de Juana todas la saludaron con un beso y ella las saludo con lágrimas en los ojos.
La defensora y yo nos aguantamos las lágrimas. La saludamos y la estimulamos a cumplir con el acuerdo.

Lo que más me impactó de este caso es el lugar que ocupa Juana. Es una persona lábil, que tal vez tenga algún problema psiquiátrico. Muchas veces atendemos cuestiones similares, y lo que siempre aparece es el temor que generan las personas como Juana. Temor a lo que pudieran llegar a hacer, aunque en general nada hayan hecho. A pesar de lo cual y por lo que pudiera suceder vienen a pedir a la Fiscalía que los saquen, que de alguna manera desaparezcan de sus vidas.
Me pregunto si el abordaje de este tipo de problemas desde la mediación es posible? Tal vez sí es posible pero no suficiente porque son situaciones que requieren una intervención desde la salud y tal vez desde la sociología para que nos enseñen como comunidad a convivir con estas dificultades.

En estos casos lo interesante en el trabajo es ayudar a deslindar si el temor es tan grande como para accionar legalmente las medidas necesarias para la seguridad personal, o es nada más que el deseo o la necesidad de no ser molestado, lo que en general alberga la utopía de que la persona denunciada desaparezca. En la primer hipótesis no estamos en el terreno de la mediación. En la segunda hipótesis es bueno pensar cómo se puede convivir lo mejor posible con ese otro que es tan ser humano como yo. Por mi experiencia a veces el camino se puede recorrer satisfactoriamente, a veces no. A veces la denuncia funciona como un límite para el denunciado y eso en sí mismo sirve. Es por eso que este contacto final entre las partes fue tan interesante y pedagógico para todos, en la posibilidad de comprensión y contención.

Caso mediado por mi amiga, hermana de la vida, y excelente mediadora Nelida B. Reggiardo que fuera premiado en el VI Congreso Mundial de Mediación realizado en Salta y que deseo compartir con los lectores promoviendo el ida y vuelta en nuestras experiencias como mediadores. ¡Felicitaciones nuevamente!



10 noviembre, 2010

> Caso Las Brujas de Salem - 1ra Parte

El caso me llega porque me desempeño como mediadora del Cuerpo de Mediadores del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. Este cuerpo de mediadores media en asuntos de materia contravencional y penal respecto de aquellos delitos que fueron traspasados desde la competencia Nacional a la Justicia Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los casos son derivados de las Unidades de Orientación y Denuncias del Ministerio Público Fiscal o directamente de las Fiscalías o bien de los Juzgados. En general mediamos en forma previa a la investigación fiscal antes de la determinación de los hechos, o en cualquier etapa del proceso antes de la elevación a juicio.

Este caso abarca dos denuncias contravencionales una por ruidos molestos y otra por hostigamiento, maltrato o intimidación. Las denunciantes por ruidos molestos son 4 mujeres copropietarias y vecinas de un edificio y una de ellas, Laura, además formuló una denuncia por hostigamiento. Esta última está patrocinada por una abogada, que de alguna manera indirectamente asesora al resto.

Las 4 mujeres reclaman que cesen los ruidos molestos y malos tratos de la denunciada, que llamaremos Juana
. Juana vive sola y no tiene familiares que la visiten frecuentemente. Además Juana es acusada de haber amenazado de muerte a Laura por los ruidos que ésta hacía que según parece exasperaban a Juana.

EL CASO
Al tomar contacto con el caso y ver que son 4 mujeres denunciantes decido trabajar con las partes por separado, para no exponer a la denunciada, Juana. Veo además que Juana está muy ansiosa y temerosa y percibo cierto desequilibrio psicológico, por lo que decido comenzar con ella primero.

AUDIENCIA PRIVADA CON JUANA
Comienzo la sesión contándole de qué se trata la mediación y leyendo con ella la denuncia en su contra. Juana me cuenta que no sabe qué pasa, que están contra ella, que quieren que se vaya. Dice que no es para tanto, que ya está, que no hace más ruido. Dice que en todo caso ellas también hacen ruido: golpean las puertas de los placares y bajan las cortinas bruscamente. Dice que está bien, que ella no va a molestar más pero que ellas tampoco tienen que molestar. La noto muy temerosa, con bronca a la vez, y sin comprender los alcances de la denuncia en su contra. Le digo que sería tal vez necesario que consulte con un abogado y le ofrezco la asistencia del defensor oficial. Ella duda, dice que bueno, que no, que no es necesario en forma dubitativa. Le explico que tal como está ella, con cierta incertidumbre y teniendo la otra parte una abogada que las asesora, sí parece ser necesario porque no vamos a poder avanzar en un acuerdo si ella no conoce previamente sus derechos y obligaciones.Le digo que voy a ir a hablar con la otra parte y según lo que conversemos veremos cómo seguimos. Ella reitera que no va a hacer más ruido, pero inmediatamente dice pero que ellas tampoco lo hagan.

AUDIENCIA PRIVADA CON LAS DENUNCIANTES
Cuando entro a la sala tengo la sensación de haber arribado a un “aquelarre”. Hablan todas juntas, muy ofuscadamente y me interrumpen a cada rato. Aparece en mi mente una imagen que motiva el nombre del caso, parecían un aquellare de brujas “las brujas de salem”
Empiezo tratando de contarles qué es la mediación y para qué estamos aquí. Les explico también, que según lo conversado con ambas partes, en caso de seguir adelante con la mediación tendríamos que fijar una segunda audiencia porque la denunciada tendría que ser asistida por un defensor. Se ponen como locas ¡!! Nadie logra escucharme con atención y comienzan a hablar sin dejarme terminar. Están todas muy enojadas, hablando una sobre la otra, me gritan, me exigen que tengo que poner a Juana en su lugar. Dicen cosas horribles de Juana, que está loca, que toma pastillas, que porque ellas tienen que aguantársela, que es peligrosa, que viven atemorizadas. Una de ellas, la que había hecho la denuncia por hostigamiento, Laura, se pone a llorar y me cuenta junto con su abogada que Juana la amenazó de muerte y que está con mucho miedo. Dicen todas, protestando, que la Fiscalía tiene que hacer algo por su seguridad, que Juana está loca, que se tiene que ir de ahí. Me sorprende el rechazo que sienten todas contra Juana. Es casi impenetrable. De alguna manera dicen que nadie las entiende, que hay que sacar a LA LOCA de sus vidas.
A duras penas pude explicar qué era la mediación y a esta altura, como era de esperarse, al no escucharme, me piden que actúe como Fiscalía. Entre otras cosas me reclaman que se le ponga a Laura custodia policial. Vuelvo sobre el encuadre de la mediación, diciéndoles que tenemos que decidir si es posible recorrer el camino de la mediación o que la causa siga su curso porque lo que me están pidiendo no está dentro de mis posibilidades, que para eso la mediación debía cerrarse, y entonces en el marco de la causa judicial solicitar los que consideraran necesario. Se ponen todas nuevamente a gritar diciendo que la Fiscalía les tenía que dar una respuesta, sin decidir si quieren o no mediar.
Interrumpo entonces la audiencia y les digo que voy a llamar a la Fiscalía para que se haga cargo, porque como ya les había dicho yo no tenía nada que ver con el Ministerio Público Fiscal, y lo que ellas estaban planteando era la Fiscalía quien tenía que resolverlo.

REUNION DE LAS DENUNCIANTES CON LA FISCALIA
Viene la Fiscalía a hablar con ellas y yo que me quedo afuera de la sala. Le comento a Juana que está la Fiscalía hablando con las denunciantes porque no están decididas a continuar con la mediación, que tal vez se cierre y la causa siga su curso.
Juana decide retirarse antes porque la reunión con la Fiscalía se había alargado mucho. Al rato las denunciantes me comunican que deciden cerrar la mediación y seguir adelante con la causa.
Me quedo con una sensación extraña. Podría haber hecho otra cosa? Lo que sí tengo en claro que para poder trabajar en mediación era necesario, poder bajar el nivel de violencia y bronca que las denunciantes tenían, cosa que no pude hacer. Sentí que ese no era el momento para mediar y menos si como ellas decían, sentían que estaban en riesgo.

REAPERTURA DE LA MEDIACION
De repente vuelve el expediente para una 2º audiencia que desde el Ministerio Público habían fijado.

AUDIENCIA CON LAS “BRUJAS DE SALEM”
Me encuentro con que el grupo de las “Brujas de Salem” estaban más calmadas, la violencia había bajado. Supongo que esto se debía a que habían sido contenidas por la Fiscalía durante el tiempo transcurrido entre una audiencia y otra (casi 1 mes) y había habido custodia policial por un tiempo para Laura.

Comienzo conversando acerca de lo acontecido entre una audiencia y otra y entonces advierto que el cambio tiene que ver con el hecho de que las agresiones mutuas habían sido depuestas

Ellas reconocen que los ruidos provocados por la requirente habían desaparecido, salvo en una única oportunidad. Reconocen también que ellas habían bajado el nivel de ansiedad. Esto fue muy importante porque empezaron a pensar que podía haber una solución.

Laura que en la audiencia anterior había estado tan temerosa por las supuestas amenazas de Juana, reconoce que no habían habido nuevos episodios. Explica que era muy difícil el trato con Juana porque creía que los ruidos se los hacían a propósito y que en verdad Laura no hacía ruido porque no estaba en todo el día en la casa. Y relata un hecho puntual, que sus vecinos de más arriba tenían una bebé y cuando se iban a trabajar, muy temprano a la mañana, despertaban a la bebé para irse, tipo 06:45 y levantaban las persiana. Que esto era causa de problemas porque Juana pensaba que era Laura quien hacía los ruidos y respondía con golpes desde el techo de su casa. Cuenta que ella había hablado con esos vecinos para que estuvieran al tanto de la situación y bajaran los ruidos.

Esta vecina y otra más vuelven a plantear que le tienen miedo a Juana y que no saben como puede reaccionar. Siento que es necesario volver a trabajar sobre la legitimación del espacio de mediación para tratar el tema. Les planteo que pueden continuar con la causa si lo creen conveniente. Después de un intercambio consensúan que quieren terminar de una vez por todas con la causa y darle una oportunidad a Juana.

Empezamos a pensar en una fórmula de acuerdo tal como que Juana asumiera el compromiso de no hacer ruido y evitar actitudes hostigantes. En esa oportunidad la abogada de Laura, dice que había que especificar cada actitud que ella se comprometía a evitar. Todas están de acuerdo con esto y les digo que lo voy a hablar con Juana que está acompañada por la defensoría. Antes de salir de la sala me dice una de las vecinas que cumplía funciones de administradora del consorcio, que por favor le transmitiera a Juana que si alguna vez se sentía sola, o mal, podía llamarla, pedirle ayuda que se la iba a brindar; y que además le pidiera un teléfono de un familiar por cualquier necesidad. Estas últimas palabras me sorprendieron mucho y las pensé como muy saludables para el futuro.

> Continúa en la 2da parte

25 agosto, 2010

> Mediación y Tiempo, una Ecuación Compleja

El tiempo genera cambios. Esto es una realidad en todos los procesos de interacción humana, y la mediación no escapa a ello.
El manejo del tiempo como herramienta del mediador puede resultar poderosa en muchas situaciones, pero no se trata sólo del inexorable paso del tiempo, sino de intervenir y tomar decisiones adecuadas.

20 agosto, 2010

> La Casita de Naipes

Comprender puntos de vista y satisfacer intereses... el eterno milagro.

La mediación llegó al Servicio como un pedido de alimentos y régimen de visitas de Carla Perez a Pablo Dominguez de 24 y 25 años respectivamente en relación con la niña Camila Perez de 2 años.

Ambos jóvenes, llegaron a la audiencia demostrando un alto estado de tensión y demanda mutua. Carla solicitó la fijación de la tenencia a su favor, lo que formalizaría la situación de hecho, pide alimentos y régimen de visitas. Se mostró demandante respecto de Pablo a quién calificó de irresponsable ya que se había desentendido de sus obligaciones.

18 agosto, 2010

> El Templo de la Mediación

Así, Templo de la Mediación, lo llamó Rubén en nuestra última reunión y, sinceramente conmovida, recordé aquella mañana, casi un año atrás, cuando Alicia había dicho “no va a haber mediación ... esto va a juicio”
También resonaron en mi cabeza las palabras de Rubén- requirente por disminución de cuota alimentaria- , cuando en privado le pregunté si creía que podría mantener, por el bien de sus hijos, un diálogo con Alicia y me contestó: “¡Eso parece idílico! No se puede lograr con Alicia. Yo con ella no hablo, es imposible comunicarme con ella...” Y así se planteó el proceso.
Después de escuchar, en la reunión privada mantenida con cada uno por separado, esas opiniones –de las cuales acabo de exponer sólo un breve recorte- le dije a Alicia:

- Me gustaría explicarte qué es la mediación y qué podemos hacer aquí en la próxima audiencia cuando vengas con tu abogado... En la mediación los protagonistas son ustedes; en esta oportunidad ustedes decidirán como resolver el problema. Yo no voy a decidir, los voy a ayudar a que dialoguen y busquen soluciones...
¿Te gustaría intentar la mediación?
- Si, querría intentarlo.
- Primero los mediadores necesitamos saber si las partes están de acuerdo, si están dispuestas a trabajar con las pautas del proceso. ¿Querés intentarlo?
- Sí, si pudiera resolver esto pronto... mejor... prefiero... Estoy cansada de los juicios.

Y a Rubén le dije:

- Me gustaría explicarte antes que nada en qué consiste un proceso de mediación para que puedas decidir si vas a participar del mismo o no. La mediación es un espacio para que ustedes, con mi ayuda, puedan comunicarse entre sí. No resulta posible pensar un proceso de mediación sin comunicación entre las partes. Yo puedo ayudarlos, pero deberían estar dispuestos a conversar... Estaría dispuesto a intentarlo de este modo?
- No va a ser simple yo le paso la pelota a Ud.
- ¡A mi no me la pase! Yo se la devuelvo a usted. Ustedes son los dueños de este problema. ¡Yo intentaré ayudarlos para ver como manejan la pelota! ¿Quiere trabajar de esta manera?
- Y bueno, probemos. (Y acompañó la respuesta con un lenguaje gestual que indicaba “esto va a ser imposible”)

Al preguntarle a Alicia qué es lo que quisiera lograr en este proceso, contestó en relación a su expectativa económica y completó: “¡Si acá consigo eso sería un milagro!”
Tal vez el lenguaje comenzó a crear los cimientos del templo, donde la transformación se hizo viva. Alumnos de pasantía que presenciaron la última audiencia –casi un año más tarde- creían estar leyendo el libro de Bush y Folger al que muchas veces he escuchado calificar como idílico o utópico.
La primera audiencia se utilizó sólo para generar el empowerment necesario, legitimando un proceso del que se harían cargo. Sólo y nada más que eso.
La segunda audiencia, conjunta y con sus abogados, fue encaminada a la legitimación y el reconocimiento, cada uno pudo expresar lo que le pasaba, lo que sentía frente al conflicto planteado.
En el intercambio se los notaba un poco más relajados aunque Alicia bastante cortante y desconfiada respecto de Rubén.
El propuso una postergación de la audiencia por un tiempo hasta que se definiera un poco más su situación laboral ya que estaba aprendiendo un nuevo oficio y no tenía definido un sueldo, pero si todo fuera bien, “algo cobraría”. Ella dijo que estaba cansada de promesas.
Rubén se mostró molesto por la actitud de Alicia:

- …Yo no me borro, estoy aquí. Nunca me borré. Cuando dejé de pagar fue porque me vino todo junto encima. Se murió mi papá y me quedé sin empleo. Estoy cumpliendo con lo que puedo. ¿Sabés lo que significa no tener un trabajo y que te mantengan? ¿Sabés que el dinero que te doy actualmente me lo da mi mujer? ¿Sabés como me siento con esta situación? Lo estoy intentando, vengo con esta noticia, no es mucho pero al menos estoy con algo concreto que puede salir y mejorar.

Alicia replicó: “Yo también tengo problemas. Tengo que mudarme y no se donde voy a ir...”

Expuestos así parte de sus intereses y necesidades, reformulé el conflicto preguntándoles: “¿Qué cambios podrían efectuar o que decisiones podrían tomar para ayudar en la situación apremiante de Alicia, preocupada por su vivienda y que está a cargo de los chicos, teniendo en cuenta las posibilidades y realidades de Rubén? (El requerimiento era de él por reducción de la cuota alimentaria).
Ese día, finalmente, acordaron un régimen verbal y provisorio de alimentos, hasta la próxima audiencia fijada en 3 meses.
En la tercera audiencia Rubén había cumplido con la cuota pactada verbalmente. Alicia se mostraba un poco más confiada.
Rubén efectuó reconocimientos hacia ella y por primera vez dialogaron cooperativamente. Le propuso acompañarla a hacer un trámite, ya que se acercaba el momento de la mudanza, y hablaron de algunas cosas vinculadas con los chicos sin las dificultades de otros encuentros. Comentaron que en el tiempo transcurrido las cosas habían mejorado y se habían comunicado por primera vez fuera de la mediación.
Luego de varias reuniones acompañándolos, algunas postergadas por la mudanza de Alicia, otras solicitadas por Rubén esperando definiciones laborales y pedidas por los abogados para avanzar en un acuerdo que tenía su complejidad por los antecedentes judiciales del caso, llegamos a la sexta audiencia donde se plasmó aquel “milagro” pensado por Alicia.
Sus expectativas habían quedado cubiertas y no por la fortuna de Rubén –que vendía plantas en un vivero- sino por haberse legitimado en su rol de padre lo que le permitió aportar más allá de su obligación legal. Alicia, después de haber podido expresar su necesidad de auxilio y haber sido escuchada, pudiendo, a la vez, escuchar la realidad de Rubén, apostó con esfuerzo, a la confianza y encontró solución al problema.
Aquella posición “reducción de cuota alimentaria” se tradujo en un acuerdo de alimentos con una cuota final superior a la que pagaba hasta la mediación por sus tres hijos, aún cuando en unos meses su hija mayor cumplía la mayoría de edad y vivía ya con su pareja. Comentaron que ante un inconveniente de Alicia con la nueva locación, Rubén la acompañó a un Centro de Gestión ¡a pedir una mediación!
Recordé aquellas palabras de Alicia, el pedido inicial de Rubén, y les dije: “El milagro de la mediación es que las partes acuerden cosas distintas a las que habían pedido”, a lo que Rubén me contestó: “Cierto que este era el Templo de la Mediación”.

Como en otras oportunidades y casos de mi práctica, tuve la posibilidad de evaluar con las partes el trabajo realizado:
M: Si pudieran hacer una regresión al pasado, a aquel primer encuentro, pueden decirme... ¿Qué les aportó la mediación?
Alicia: Estar contenidos en una estructura... Su seguimiento ayudó a ponernos de acuerdo y a que se cumpla con lo convenido.
M: ¿Qué les parece el espacio de la mediación?
Alicia: Es bueno, me parece muy engorroso hacer juicios...
Rubén: ...Para mí significó la posibilidad de escuchar al otro, no quedarme solo en lo subjetivo mío. A uno se le mezcla la necesidad de uno y la del otro, hay espacio para pensar en el otro. Sirvió mucho escuchar al otro desde otro lugar, eso me ayudó a cambiar mi relación con mis hijos.

Abogada de Alicia: Lo fundamental en la mediación es pacificar los conflictos...
NUESTRA práctica como operadores en situaciónes de conflicto nos enfrenta con el dolor humano y nuestra función es invitar a la tregua, apostar a la palabra y rescatar la esencia “ milagrosa” que todos los seres humanos llevamos dentro. La transformación es posible.

11 agosto, 2010

> El Rol del Abogado en el Proceso de Mediación

Una nueva generación de abogados

En la actualidad, podemos observar el surgimiento de una nueva generación de abogados. Son profesionales que pueden ofrecerle a sus clientes nuevos caminos para la resolución de conflictos. Que conocen profundamente la teoría del conflicto y pueden visualizar las características de cada caso que llega a sus manos y asesorar a sus clientes mostrando todas la posibilidades de solución. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿será que a un nuevo método corresponderá un nuevo rol para estos profesionales? Por supuesto que sí, definitivamente sí.
Los catorce años de Ley de Mediación Prejudicial con asistencia letrada obligatoria han permitido a los mediadores y a las partes participantes de ese proceso llegar a esta conclusión.

02 junio, 2010

> La tercera en concordia

Fernanda inició una mediación por alimentos en Setiembre de 2008. En la primera audiencia resultó obvio que necesitaba hablar de la situación. Juan José, por su parte, simplemente concurrió a la mediación. Un accidente lo había dejado con el 50% de su sueldo. Aunque tenía problemas de salud, sus esfuerzos apuntaban a que lo reincorporaran en el trabajo cumpliendo alguna tarea que le permitiera recibir nuevamente su ingreso completo. Por el momento, decía, le resultaba imposible pagar el total de su cuota alimentaria. Así, las partes acordaron en forma provisoria y complementaria, sin modificar el acuerdo inicial, abonar una suma menor por el lapso de siete meses. Por su parte, Juan José se comprometió a cuidar a sus hijos para que Fernanda pudiera conseguir un trabajo. Finalmente, acordaron fijar nueva audiencia al término de los siete meses, para realizar una evaluación de la situación y ver cómo continuaba el proceso.

26 mayo, 2010

> Distribuyendo la pobreza

Carmen es peruana; Roberto, argentino, y padre de Carolina y Soledad.
Él es cocinero; ella, trabajadora doméstica. Roberto me cuenta sus penurias laborales y económicas: renuncias forzadas, pérdidas de antigüedad que ya no será reconocida, trabajo en negro… Le asisten todos los derechos, pero si los reclama, ¡chau, trabajo!

19 mayo, 2010

> La Bella y la Bestia

Este caso, familiar, se inició por el requerimiento de María respecto de Omar en relación a la hija de ambos, Laura, de 7 años de edad. La primera audiencia se realizó en febrero de 2008.

04 mayo, 2010

> De la práctica a las palabras

Casos y Cosas de la Mediación surge de la necesidad de compartir experiencias que tienen que ver con la vida, con los sueños, con los encuentros y con el dolor de los seres humanos que se cruzan en mi trabajo profesional como mediadora.

Desde ya pido disculpas a quienes esperan encontrar rigor científico en estas páginas. El objetivo de relatar estas experiencias es otro, pero no por eso dejaré de articular los casos, siempre que sea posible, con marcos teóricos que nos sirvan para pensar los conflictos y aliviar el impacto que producen en las personas con que nos toca interactuar, siempre con la mayor seriedad y el cuidado que esta práctica requiere.