26 mayo, 2010

> Distribuyendo la pobreza

Carmen es peruana; Roberto, argentino, y padre de Carolina y Soledad.
Él es cocinero; ella, trabajadora doméstica. Roberto me cuenta sus penurias laborales y económicas: renuncias forzadas, pérdidas de antigüedad que ya no será reconocida, trabajo en negro… Le asisten todos los derechos, pero si los reclama, ¡chau, trabajo!

“Está muy difícil conseguir otro”, me explica. Mil ochocientos pesos para vivir, para comer, para viajar desde Moreno todos los días y tener algún pesito para cuando se encuentra con sus hijas.
Carmen, con mucho esfuerzo, ha podido arreglarse hasta ahora pese a la escasa suma aportada por Roberto. Ella entendió su situación, pero, me cuenta: “Después del verano, muchas patronas me redujeron las horas, otras me restaron algún día. Ya no me arreglo, no me alcanza para que las nenas estén bien. Ven muy poco al padre, les está yendo mal en el colegio…”
Cómo no sentir con este relato que las teorías, los procesos, los roles y las palabras quedan paralizadas ante la dura realidad. Sin embargo, como dije en la introducción a este espacio, Casos y cosas…, surge de la necesidad de compartir experiencias que tienen que ver con la vida, los sueños, los encuentros y el DOLOR de los seres humanos que se cruzan en mi trabajo. Y aquí está el dolor, aquí están los sueños derrotados, pero aún sin teorías, sin palabras difíciles y muchas veces vacías de contenido real, nos encontramos allí acompañando este dolor, distribuyendo la pobreza y prestando una oreja que escuche y ayude a aprovechar lo máximo de ellos mismos, del ser que tienen dentro de sí y lucha por resistir a tanto derecho humano por el que no se escuchan gritos, ayudándolos a no perder lo mejor de su integridad en una pelea donde nadie ganará y ellos mismos perderán todavía más…
Por la noche, escucharé a algún funcionario decir que hay menos pobres, que no hay inflación sino acomodamiento de precios, que hay más trabajo… y allí estarán las caras de Carmen y Roberto mirándome desesperados... peleando por la vida.

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